jueves, 5 de noviembre de 2009

1 - Desaparición sin rastro (1.1)

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Desaparición sin rastro
Nueva York, 16 de marzo, 17:41
Los medios estaban expectantes, una larga fila de limusinas con guardaespaldas vigilaban a una en particular, la de John Kallum, un carismático hombre de negocios que formó una medicina que estabilizaba el cuerpo. Newlife. Podia -prácticamente- curarte de cualquier enfermedad. VIH y cáncer entre ellas.
Minutos después la limusina se detuvo y un hombre vestido de esmoquín y un sombrero de cowboy negro, abrió la puerta de la misma. Nada. Ni rastro de Kallum, en su lugar había una nota. El señor del esmoquin se desmayó y los mas cercanos gritaron, un caos a nivel nacional estaba sucediendo.
Los Ángeles, 16 de marzo, 18:12
Michael Lavette, de veintinueve años, descolgó el teléfono de la linea roja, las situaciones urgentes.
-¿Compañia de detectives Arlington?-preguntó un mujer alterada al otro lado del teléfono.
-Sí, detective Lavette, ¿qué sucede? -preguntó algo intrigado-
-M... Mi marido... el señor John Frederick Kallum, ha desaparecido.-respondió la mujer lo mas entera posible.
París, Francia, 17 de marzo, 8:36
Monich Beuregarde desayunaba una taza de café y un croissant cuándo su móvil sonó, despertando por completo a la chica.
-Sí, ¿diga?
-Señorita Beuregarde, soy Alexander Wellington de la compañía Arlington. Necesitamos su ayuda.
San Francisco, 17 de marzo, 12:09
Martha Kallum llegó al lugar del acuerdo donde Michael Lavette, Monich Beuregarde, Alexander Wellington -el jefe- y Bryan Wilson iban a investigar el caso Kallum con mucho interés.
-¿Y que decía la carta? -preguntó Wilson-
-Tenga, es lo único que tenemos, aparte de la esperanza.- Martha hizo lo que pudo para no sollozar-
Gracias, señora Kallum. -dijo Wellington- Lo siento mucho.